Hay días en que siento esa necesidad imperante de apreciar cada momento, cada detalle, como cuando acaricio a mis gatos, disfrutar el olor que sube al segundo piso cuando mi madre cocina, arroparme en mi cama y sentir las sabanas suaves. Hay días en que despierto cargada de melancolía, siempre he sido así, melancólica, nostálgica, sensible y varios sinónimos que alguna vez personas utilizaron para manifestar mi condición.
Algunos creen que es perder tiempo pasar tanto rato en la cama, quizás tenga razón, otros dirán que es perder tiempo pasar tanto rato de fiesta o en la calle. No se que es adecuado y que si lo es, lo que es a mi, a veces necesito esa pasividad inoperante y tan solo hacer nada, otras veces me hastía, como en ocasiones lo hace la vida, me asfixia, me supera y me aniquila.
Publicar un comentario