No sirvo para adorar ni contemplar, sirvo para construir,
desarmar y rearmar. No sirvo para alabar, desconfió de quienes recurrentemente
elogian a otros. No sirvo para juzgar a otros, sirvo para comprender porque
alguien es quien es.
No me asusta que a momentos no sepa que es lo que quiero,
para eso sencillamente recurro a la tangible y consistente de todo aquello que
NO deseo en mi vida.
En un breve estado de silenciosa y consciente lucidez
puedo discernir de aquello que me hace bien y mal. Consciente de estas decisiones,
hábitos, carencias y pertenencias… pero no por ello, aun sabiendo que es lo
correcto se siente comodidad y tranquilidad.
Ya no deseo ni espero comenzar de cero, sencillamente
porque de todo aquello que he rehuido y no ha sido escogido en mi vida es TODO
lo que me define.
Publicar un comentario