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Fue más causalidad que casualidad, perdida en lo incierto de los destellos que el tiempo suele otorgar, no hay razón ni mucho menos precisión.
Es la combinación de esta noche errática y el torbellino que desato mi mente. Buscaba, pedía, exigía a gritos una mísera señal… la encontré, la observe y la perdí, fue fugaz, incompleta y desprevenida. A veces ya no se en que creer… quería palpar algo de devoción, contrastar lo que dicen con lo que hacen.
Indagando, examino alguna forma de callar el ruido estruendoso que desato mi mente… hallar una forma para fundirme en el silencio y aplacar mis ánimos revueltos.
Exhausta, sin nada tangible en que basar ni espantar las constantes ideas irracionales que divagan, no me vendría mal un poco de racionalidad. No puedo evitar preguntarme si hice algo mal. Se que en este instante necesito pausar, pensar y luego actuar, pero se que actuare, pausare y luego pensare.