
Te estrellas contra el piso, te rompes en pequeños trozos que cortan y parecen difíciles de
volver a juntar. Te caes, te levantas y así sigues y sigues este espiral, algo vicioso, algo conformista al fin de todo. Dejas ir los sueños lentamente, que se esfumen, que se evaporen...
Cuesta creer, cuesta aceptar, pero simplemente es así, mas respuestas no hay...las palabras
suelen sobrar en estos momentos, no sirven de mucho y es que la mente no esta para decodificar símbolos y retoricas al aire.
Es un licor embriagador que te desfallece, que suele calmar por segundos, siendo la realidad mas fuerte que te escupe en la cara y no se cansa de decirte y mostrarte que la vida es como es.
El tiempo ambivalente, que se hace eterno cuando menos lo deseas, cuando solo quieres que avance rápido, fugaz que no parezca detenerse.
Se abomba la cabeza con tantas ideas que vienen y van, te retuerce, te estremece, te hace vulnerable, dependiente...y una vez mas viendo todo a mi alrededor comienzan mis constantes preguntas, si es que vale la pena o no pasar todo lo que estas sintiendo y sufriendo, pero eso solamente lo puedes responder tú mismo.
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